Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2015

Dejarse la piel.

He dejado de ser muchas cosas para alcanzar esta nada que llena mis horas de una mentira que siempre promete ser la última. He resistido tantas veces la tentación de besarme a mí misma, de acariciar mi piel igual que la rasgo para trepar a un árbol del que no existe la copa, del que no hay vino que embriague, reestructurando la mentira como un palacio de cristal. Igual que la infancia me rompe las rodillas cuando quiero esconderme bajo mi propia falda cuando quiero ser mi propia madre, mi propia naturaleza, temperamento, flema, bilis, sangre, ángel guardián de túnica sucia, con ojeras violáceas y fondo agridulce. He dejado el amor incondicional bajo las mantas y he practicado el odio calculado hasta la náusea, he llorado un cielo reflejado en el mar nocturno por cada defecto, he colado mensajes en botellas vacías, he anclado todo lo bueno que quedaba en un papel y no lo he enviado. He sentido vergüenza de mí misma, del amor incondicional que regresa de nuevo a